Origen, historia y significado de la bandera de España
La bandera de España, también conocida como la rojigualda debido a sus franjas horizontales rojas y gualda, es el símbolo nacional del Reino de España. A continuación, recorreremos la historia de la bandera de España a lo largo de los siglos. Entenderemos el significado de sus colores rojo y amarillo.
Historia y evolución de la bandera de España
¿Cuál es el origen de la bandera nacional?
Para entender su origen tenemos que remontarnos a la época de los Reyes Católicos. Hasta entonces la península ibérica había estado dividida en diferentes reinos cada uno con sus propios estandartes.
Tras el matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón se unificaron las dos coronas más importantes que existían en la península. El año 1492, tras el Descubrimiento de América y la Conquista de Granada, está considerado simbólicamente como el origen de la España moderna.
La bandera actual, ya sí rojigualda, nació bajo el reinado de Carlos III el 28 de mayo de 1785. Pero no fue impuesta como bandera nacional hasta 1843, durante el reinado de Isabel II.
Como veremos más adelante, el significado de los colores de la bandera de España tiene un origen muy curioso.
Las diferentes banderas españolas a lo largo de la historia
Repasamos la evolución de la bandera de España. Desde el Pendón heráldico de los Reyes Católicos que veíamos anteriormente hasta la actual de 1981.
1506 – 1701 Cruz de Borgoña
1701 – 1785
1785 – 1873 / 1875 – 1931
1873 – 1874 Primera República
1931 – 1939 Segunda República
1938 – 1945
1945 – 1977
1977 – 1981
1981 – Actualidad
Origen y significado de los colores de la «rojigualda» o «roja y gualda»
Como ya anticipamos anteriormente, el motivo de que la bandera tenga estos colores y no otros, responde a la necesidad de solucionar un problema marítimo.
Durante el reinado de la Casa de Austria se empezó a utilizar la Cruz de Borgoña como enseña naval del Imperio Español. Esto se prolongó casi 2 siglos. Con la llegada de Felipe V y la dinastía de los Borbones se instauró una bandera con su escudo de armas sobre un fondo blanco.
En este periodo, las banderas de media Europa eran muy parecidas. Francia, Portugal y otros reinados de los Borbones, incluso los ingleses con la cruz de San Jorge como estandarte, estaban estampadas sobre un fondo blanco. Esto suponía un gran problema en alta mar al no poder distinguirse desde la lejanía con claridad. Se producían equivocaciones y ataques entre barcos aliados o la inseguridad de intervenir por no saber si estaban realmente ante un enemigo.
El concurso por el cual la bandera española es roja y amarilla
Como consecuencia de esto, en el año 1785, Carlos III decidió darle visibilidad. Impulsó un concurso de diseño para dotarla de colores vivos que hicieran que los barcos de la Marina española fueran fácilmente identificables entre sí. Se presentaron doce diseños de los cuales el monarca eligió dos con el rojo y amarillo como colores predominantes.
El 28 de mayo de 1785 se firmó un Real Decreto firmado por Carlos III cuyo texto rezaba lo siguiente:
“Para evitar los inconvenientes, y perjuicios, que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera nacional, de que usa mi Armada naval, y demás Embarcaciones Españolas, equivocándose á largas distancias, ó con vientos calmosos con las de otras Naciones; he resuelto, que en adelante usen mis Buques de guerra de Bandera dividida á lo largo en tres listas, de las que la alta, y la baxa sean encarnadas, y del ancho cada una de la quarta parte del total, y la de en medio amarilla, colocándose en esta el Escudo de mis Reales Armas reducido á los dos quarteles de Castilla, y Leon con la Corona Real encima; y el Gallardete con las mismas tres listas, y el Escudo á lo largo, sobre quadrado amarillo en la parte superior“.
Tras el mismo se oficializó el uso de los 2 diseños ganadores. El primero para la Marina de Guerra y el segundo para la Mercante.
La bandera española, símbolo de unidad en la Guerra de la Independencia
Inicialmente el uso de la bandera roja y amarilla fue exclusivamente naval. Poco a poco se fue popularizando alcanzando grandes cotas durante la Guerra de la Independencia. El pueblo la utilizó como símbolo de unidad patriótica contra los invasores franceses.
Tal fue el incremento de su popularidad que la reina Isabel II la declaro bandera nacional española en el Real Decreto del 13 de octubre de 1843. Desde ese momento se han mantenido invariables los colores rojo y amarillo de la bandera hasta nuestros días. A excepción del periodo de la Segunda República cuando se cambia la última franja roja por la morada, en recuerdo a los comuneros que se sublevaron contra Carlos I.